Quién sabe

Quién sabe lo que nos deparará el mañana. Quién te dice que no te enamorarás de una argentina y lo dejarás todo cruzando el mundo para intentar vivir lo que sientes. Quién te asegura que la próxima batalla no la vas a ganar. Quién te jura que alguien no se enfrentará a su propia madre para vivir su vida contigo. Quién afirma que no hay más opciones para ti que esperar. Quién y por qué razón te va a negar la posibilidad de soñar con un futuro a tu medida.

Si alguna vez encuentras a semejante agorero, mándalo a paseo y recítale aquel proverbio que me salió en la galletita del take away chino: mientras hay vida hay esperanza; y añádele aquel otro: si quiero, puedo.

nosotros los raros

Nosotros los raros, te decimos a ti que te haces llamar normal que, sintiéndolo mucho, no eres sino corriente. No pretendemos insultarte, no nos malinterpretes. Sólo queremos dejar claro que "lo normal" no existe, no es más que una ilusión creada por la estadística y el arte de amontonarse, es sólo aquello que se inventó quien necesitaba compararse con los demás para sentirse algo, incluso cuando todo a lo que aspira es a ser uno de ellos.

Somos raros, sí, y qué. No dejaremos que nos tachéis de apestados, que nos digáis que lo corriente es lo correcto, que lo general es lo aceptable. Llámalo por su nombre. Es lo aceptado porque es más fácil imitar que inventar. Es lo habitual porque es más sencillo repetir que innovar.

Corrientes, corrientes, corrienteeeeeeeeeeeeeeeeeeeesssssssssssssss...

PD (cuatro años después): he encontrado una viñeta que le va que ni pintada a esta entrada.

Las pequeñas cosas

No sé si existe un dios para esas pequeñas cosas que nos ocurren cada día. No es fácil pararse a pensar en ellas cuando el ritmo diario no nos deja ni parar a pensar en nosotros mismos. Parece más fácil apreciarlas cuando el resto del mundo nos produce dolor, cuando huyes de toda fuente de recuerdos. Cuando no puedes soportar un momento de vacío y la vida te recuerda que somos pequeñitos, más que hormigas, entonces estás en la escala adecuada; entonces tienes el tamaño perfecto para ver esas pequeñas cosas. Hoy he tendido mis sábanas en el jardín de mi casa...

Sin interrogantes



Cómo conseguir lo que quieres cuando no está en tu mano.
Cómo sentirse libre cuando estar en el pensamiento de alguien ya supone demasiada presión.
Cómo arrancar cadenas que yo no até, cuya llave no poseo, cuya clave desconozco.
Cómo volar si nací sin alas.
Por qué permanecer en un lugar que no es el mío, en una situación que me ahoga.
Por qué escuchar noticias que me enervan, historias que me encogen el alma.
Por qué luchar cuando la batalla está perdida.
Por qué gritar cuando el aire no propaga mis lamentos.
Cuándo huir
Cuándo afrontar
Cuándo querer
Cuándo dejar, simplemente, que las cosas transcurran, que las aguas del río continúen su curso.
Quién sabe cómo funciona el mundo
Quién está al timón de este barco a la deriva
Quién ha visto la cara de un ángel
Quién sabe quién soy.

foto a los pies del Perito Moreno

Enfados

Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo, pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo, eso, eso no resulta tan sencillo.

Un recordatorio

SI NO TE OFRECEN LOS SIETE MARES Y MÁS DE UN OCÉANO QUE SE VAYAN A PASTAR FANGO

Como pez en el agua

El agua me rodea. Me protege y me aísla. También me ahoga; sin branquias, debo encontrar una cueva en la que respirar; sacar la nariz y volver a las profundidades de mi mundo. He visitado cuevas bellas las últimas lunas. Sigo saliendo de noche, no quiero que me vean. Temo que me confundan con un ser extraño y valioso y se me lleven a una cubeta de observación como a la sirena de aquella película. Quiero seguir un tiempo buscando… ¡Vaya! Olvidé lo que estaba buscando, ¿y ahora qué? Mmmmm… Creo que me he vuelto a perder. Pues nada, otro día será, por hoy, no tengo nada más que contar. Me vuelvo a mi parcela de agua, glup, glup.

El turista autista

Dícese de aquél que se pasea entre la gente con sus auriculares puestos, ajeno a lo que ocurre a su alrededor, presenciando escenas mudas. Utiliza la música para evadirse del gentío, crearse su propio ambiente en un entorno extraño o, simplemente, para pensar con claridad mientras el mundo se mueve a su alrededor ajeno a lo que pasa por su mente.

Yo, a veces, me disfrazo de turista autista. Me calzo los auriculares y me dedico a observar. Sin llevar la música también me dedico a observar, claro, sino luego a ver qué cuento en mis mails; pero un sonido familiar tan cercano al oído que bloquea todo lo demás ejerce un extraño efecto, hace aparecer una muralla invisible tras la cual una se siente a salvo. La mente vuela por todos aquellos lugares a los que le apetece ir; imagina historias que acontecen a quienes están a su alrededor, perfectos extraños participando en una película común por ventura de una mente distraída. Es divertido y curioso. Una joven mochilera suele recibir miradas de curiosidad, a saber lo que estarán pensando de una, y la música y el aislamiento del entorno permiten modificar la escena a mi favor; me permiten ser ese intruso que por ser lo que desean tiene su consentimiento tácito para curiosear en sus movimientos, en sus vidas. Cuando te conviertes en lo que esperan de ti, se olvidan de que estás y puedes sacar provecho.

Si todo en la vida fuera tan inocente como la curiosidad de una turista… Si realmente fuera tan fácil de aceptar que alguien puede sentir interés por nosotros sin siquiera barruntar la idea de juzgarnos… Si todo el mundo se diera un paseo a solas por la vida de los demás quizá habría quien descubriera que cada cual tiene suficiente con lo suyo como para preocuparse por si el de al lado es verde o colorado, le gusta llevar melenas o pendientes, falda sobre pantalón o camisa de flores. Porque la gente en general se dedica a vivir su vida sin incordiar a los demás, al menos esa es mi impresión. Son quienes creen que los demás les observamos y juzgamos quienes se juzgan a sí mismos por comparación con el juicio previo que han hecho de nosotros. Si supieran que el centro de la Tierra está a la misma distancia de ellos que de cualquiera de nosotros… Si supieran que hace ya muchos años alguien descubrió que la Tierra gira alrededor del Sol y sus movimientos no se perturban cuando éste o aquél se constipan, ni siquiera se detiene un momento a respirar cuando uno de esos personajes que han cambiado la historia de la humanidad, muere y pasa a formar parte de la cadena trófica. Si supieran que, en general, a los demás no nos importa lo que hagan con su vida (mientras no se dediquen a matar por ahí a la gente o cosas así). Pero no lo saben y viven estresados por si LA GENTE, ese maléfico ente producto de algún extraño juego mental, cree que son así o asá, esto o aquello. Preocupados por si coinciden con alguno de los estereotipos marginados de la sociedad, sin querer responsabilizarse del hecho de que es su actitud la que genera esa marginación.

Recuerdos de Argentina



Llega al borde del abismo y sin parar a pensárselo se desmorona confiada; se deja caer convencida de que su eterno compañero la esperará allá abajo, no la dejará perderse. Sabiendo que nada malo va a ocurrir, el agua se desploma; el cauce la recoge y la lleva hasta el mar.



Foto: Cataratas de Iguazú